Esta mañana tomando un café con un cliente y su banquero hacían mención del excepcional comienzo de año de los mercados bursátiles. Y la verdad es que es espectacular. El índice MSCI World tuvo el tercer comienzo de año más fuerte en los últimos 50 años. Sin embargo, y por si alguien se pregunta por la representatividad de estas primeras semanas para el conjunto del año, en los últimos 50 años no hay una correlación estadísticamente significativa entre el comportamiento en las dos primeras semanas de enero y el desempeño anual. Y hay un factor adicional que llevamos mucho tiempo sin ver. Desde principios de año, el Stoxx 600 ha ganado casi el doble que el S&P 500, con un rendimiento superior que comenzó a finales de septiembre de 2022.

La primera pregunta que nos hemos hecho es preguntarnos el porqué de este buen comienzo de año. Detectamos varios aspectos: La inflación se está relajando, los bancos centrales parecen dispuestos a reducir las subidas de tipos, y los datos macro están sorprendiendo al alza.

Empecemos por la inflación. La caída de la inflación está en marcha. En EE. UU., tanto la inflación general como la subyacente de los precios de consumo alcanzaron su punto máximo en junio y septiembre, respectivamente. En la Eurozona, el pico parece haber llegado más tarde, en octubre, para la tasa general de precios al consumidor, aunque con la tasa subyacente aun aumentando. Las previsiones de consenso para la inflación para la mayoría de las principales economías para 2023 son de descensos en relación con las tasas de inflación promedio de 2022. Una realidad, pero no olvidemos que como vemos en las tasas subyacentes, resultara más pegajosa de lo esperado. Centrándonos en Europa, gracias a los esfuerzos de ahorro energético, los combustibles alternativos y el clima templado, los precios del gas natural cayeron a la mitad solo en diciembre, ayudando a esa relajación en las tasas de inflación. Si añadimos la debilidad del dólar, encontramos otro factor a favor. Como hemos visto, a los mercados les va mejor cuando la tasa de inflación general está cayendo. Nuevas caídas en las tasas de inflación en los próximos meses deberían ser un factor positivo de rendimiento tanto en bonos como en acciones.

Respecto a los bancos centrales, nos encontramos con un dilema. La dialéctica tan agresiva de los principales responsables de los bancos centrales no se la creen los mercados, lo que está llevando a que se descuenten incluso rebajas de tipos de interés durante el segundo semestre, tal y como se puede ver en el gráfico adjunto para la FED.

Algo que nosotros no contemplamos. Sin embargo, los mercados si lo han comprado, y las curvas de renta fija han ajustado rápidamente, y en general los inversores han añadido riesgo de forma continua.

En el frente macro, y principalmente en Europa, los datos macro están sorprendiendo al alza. Una imagen vale más que mil palabras. En el gráfico adjunto vemos el “decoupling” importante entre los índices de sorpresas macro Europa vs USA.

En este aspecto la reapertura de China es especialmente relevantes para Europa. Ver gráfico adjunto. China representa entre el 15 % y el 20 % del PIB mundial, por lo que duplicar su tasa de crecimiento este año, lo que no es imposible dada la experiencia de las economías occidentales que salen de la pandemia, podría contribuir significativamente al crecimiento económico mundial. Aunque estas son buenas noticias para el crecimiento, podrían ser malas para la inflación. Una China más fuerte probablemente dificultará mucho más el trabajo de los banqueros centrales.

Una vez analizados los motivos del buen desempeño en apenas un mes, la segunda pregunta que nos hemos hecho, es si es sostenible en el tiempo. Veamos que descuenta hoy el mercado en términos de beneficios ahora que comienza la temporada de resultados. Según FactSet se espera que los beneficios del índice S&P 500 se reduzca un 3,9%. Sin embargo, la significativa dispersión sectorial, los beneficios de la energía se estiman en +60%, podría estar haciendo que la foto agregada sea mejor de lo que realmente es. La previsión de consenso para los beneficios del S&P 500 en 2023 se mantiene por encima de los 225 $ por acción. Creemos que esto es optimista y que probablemente bajará. En Europa, los analistas esperan que los beneficios del cuarto trimestre del índice Stoxx 600 suban aproximadamente un +4%.

Hasta dónde llegarán la desaceleración y la contracción de beneficios sigue siendo tremendamente incierto. La política monetaria tarda en hacer efecto y los bancos centrales aún no han terminado con las subidas de tipos, por lo que tendremos que esperar para saber dónde acaban situándose los tipos y cuánto sufrirán los beneficios corporativos. Por eso nuestra recomendación sigue siendo ser prudentes en renta variable, y seguir los consejos de Baillie Gifford. De las 3.000 compañías que han tenido caídas en el precio de la acción de más del 50% desde 1999, como ha sucedió en muchas compañías el año pasado, sólo 1.000 recuperaron sus pérdidas en un período inferior a 5 años. De media esas compañías tuvieron crecimientos de beneficios del +10.5% y de ingresos del +6.1% versus -0.5% y -1.9% respectivamente de las otras 2.000 compañías que no recuperaron sus pérdidas.  Conclusión, a medio plazo, los precios de las acciones de una compañía siguen a los beneficios de esta. Es decir, las compañías que más crecen sus beneficios son las que más se aprecian en bolsa. Por lo que identificar esas compañías con crecimientos extraordinarios es fundamental para conseguir rentabilidades por encima de la media.

Invertir con miedo

Invertir es ir contra consenso y acertar. Creemos que hemos pasado de dudas sobre el sistema a especulación por parte de los hedge funds. Repuntes tan virulentos de CDS así lo apuntan. Los futuros de dividendo de la banca y de los índices no ceden en esa proporción. En un momento en el que el tipo de interés libre de riesgo registra tanta volatilidad, valorar activos de mayor riesgo resulta extremadamente complejo a corto plazo y por eso sus precios fluctúan de manera brutal sin guardar relación con el valor intrínseco. Aflora la volatilidad como valor en sí mismo.

La incertidumbre en torno a una posible fuga de depósitos llevará a los bancos más pequeños a ofrecer tipos de interés más altos sobre el ahorro, lo que reducirá los beneficios y encarecerá el crédito más adelante. Todos son vasos comunicantes. La recesión se vuelve un estabilizador automático.

La deuda subordinada financiera y corporativa se vuelve una oportunidad. Puede haber riesgo extensión a estos tipos, pero las Tires son muy atractivas. Es curioso ver como los bancos no suelen morir por su solvencia sino por la liquidez.

Los Bancos Centrales se enfrentan a la difícil tarea de mantener la estabilidad financiera sin perder su credibilidad en la lucha contra la inflación. La Reserva Federal ha endurecido las condiciones financieras a su ritmo más rápido de la historia durante los últimos doce meses y estos esfuerzos tardan entre 12 y 18 meses en sentirse plenamente en la economía.

Seguimos teniendo una economía mundial con 300 billones de dólares de deuda que es increíblemente sensible a las subidas de los tipos de interés a largo plazo. No hay duda de que el riesgo de extensión ha saltado tras CS y tras el repricing del mercado. Una vez se normalice el mercado si algún Tier1 extiende , será llamado en trimestres cercanos. No cabe duda de que las tensiones del mercado financiero contribuirán a unas condiciones algo más restrictivas y añadirán presión deflacionista y con ello tipos más bajos.

Aparcar el dinero

La inflación si no fuera por la guerra que tensiona los alimentos se está conteniendo con la caída de la energía. Los inversores buscan aparcar su dinero. Veamos dos ejemplos. Por un lado, las acciones de Mega Cap Tech como AAPL, MSFT y NVDA han sido uno de los pocos focos de fortaleza este mes, mientras que la mayoría de las acciones han bajado.  Algo ha tenido que ver la caída de los tipos a largo y el mejor comportamiento del growth. Es casi como si Mega Cap Tech estuviera actuando como un refugio seguro. El SPX equiponderado va camino de su segundo peor mes en relación con el SPX ponderado por capitalización en las últimas dos décadas.

En cierto sentido, los mercados están interpretando la expansión del balance de la Fed como una medida análoga a una expansión cuantitativa (QE) en lugar de una función de prestador de último recurso o un Quantitative Rescue.  Las bolsas están mostrando un patrón similar al de la pandemia en el que los valores tecnológicos están superando con fuerza al resto del mercado, mientras que los tipos de interés de los principales países, el petróleo, el oro y la tasa de inflación implícita (breakeven) registran movimientos más coherentes con un entorno de recesión.

El segundo ejemplo serían los flujos. Esta semana han entrado en fondos monetarios US 117 bln$ hasta 5,13 tln$, nuevo máximo histórico (las entradas en 2 semanas se elevan a 238 bln$).Los fondos de bonos del gobierno US tuvieron entradas la semana del 22 de marzo de 132 bln$ hasta 4,26 tln$.

La volatilidad del mercado de renta variable sigue muy desconectada de la del mercado de renta fija, con el VIX cómodamente por debajo de 30, lo que indica que los inversores de renta variable no están muy preocupados.

Los problemas de confianza vuelven a la banca justo cuando los líderes europeos están celebrando una cumbre que pretendía enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados financieros. Pero en una decisión poco habitual sobre la que aún no han trascendido explicaciones, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el del Consejo Europeo, Charles Michel, han decidido no intervenir en rueda de prensa al término del encuentro. A la entrada de la reunión del Consejo Europeo sí hubo declaraciones del presidente del Eurogrupo, el irlandés Paschal Donohoe. En ellas insistió a los líderes de la UE en que avancen en la Unión Bancaria, y a la Comisión Europea que presente las propuestas legislativas para ajustar los procedimientos de resolución de crisis bancarias. Donohoe también ha reclamado que se ratifique la reforma pendiente del fondo de rescate del euro, bloqueada por Italia. de tranquilizar.

La buena noticia de la última semana para los inversores en bonos ha sido la clara reafirmación de la correlación negativa entre los tipos de la deuda pública y los diferenciales de la deuda corporativa de los mercados desarrollados. Si la coyuntura macroeconómica sigue deteriorándose, la deuda pública puede brindar diversificación frente a la deuda corporativa.

Vamos a tratar de dar algo de luz sobre la situación de la banca europea. La situación en ratios de solvencia y liquidez es buena, nada comparable con los ratios de 2008. Los bancos son un negocio apalancado en sí mismo. No obstante, ese apalancamiento se ha reducido considerablemente y por eso la caída de los retornos de la banca. La calidad del activo ha mejorado considerablemente. El “ratio” de morosidad está en un nivel muy bueno aunque empeorará. Frente a los bancos americanos, los bancos europeos suelen tener deuda soberana en su balance, que en caso de crisis suele ser respaldada por los Bancos Centrales. Aunque la Deuda Pública es muy elevada en la mayoría de los países europeos el PIB nominal está diluyéndola y el no deflactar por la inflación la escala impositiva hace que el servicio de la deuda vía recaudación impositiva haya mejorado. Recuerden que la deuda no se paga con el PIB sino con los ingresos tributarios.

La quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y el contagio a otras entidades es un recordatorio de la fragilidad de la banca y del sistema financiero. Un banco no solamente puede quebrar cuando es insolvente, sino también por problemas de liquidez. Como todo, en economía y en finanzas existen vasos comunicantes. Al ejercer la deuda soberana como activo refugio, cuando hay pánico, el activo de los bancos mejora al margen de que sobre la mayoría no se hace mark to market.  Este activo además puede ser colateral en líneas de crédito futura a disponer por el Banco Central. Además, hay que tener en cuenta que esta exposición de los bancos a deuda pública en España y Europa es un complemento para las entidades (en el caso de Silicon Valley Bank, por ejemplo, la renta fija suponía el 55% de sus activos). Y su uso, en caso de ser de forma controlada, tiene ventajas. Se emplean bonos soberanos por varias razones, en primer lugar, por ser instrumentos de muy alta calidad crediticia que además no tienen consumo de capital regulatorio por riesgo de crédito y dependiendo de su contabilización tampoco de mercado.

Como ven, titulizaciones, prestamos a promotores, hipotecas subprime etc no tiene nada que ver con activos soberanos. Los bancos están monitorizados con mucha periodicidad. La contabilidad de los bancos refleja la imagen fiel. Con los acontecimientos recientes se ha visto la importancia que tiene la liquidez. En la UE se sitúan en el 165%, los bancos españoles tienen el 184% y en Estados Unidos, donde se analiza solo a los grandes, están en el 118%.  Respecto a la deuda pública en su balance en el caso de los bancos españoles, la cifra cerró 2022 en los 168.617 millones, según la estadística del Tesoro, tras un avance de 28.510 millones en el año. Pese a ello, si se compara con hace una década, solo tienen aún un 13,64% del total de la deuda del Estado, un punto y medio más que en diciembre de 2021, pero muy lejos del tercio que poseían antes de la Gran Recesión.

En la medida en que la subida de tipos no se ha trasladado al pago de depósitos los fondos monetarios y de renta fija han ido ganando suscripciones desde los depósitos. Es posible que comiencen los bancos a retribuir mejor los depósitos.

Nos gustaría hacer mención a la situación de la banca española en concreto. La EBA cifra la exposición total de las entidades españolas a renta fija en unos 500.000 millones el pasado junio sobre casi 3,8 billones de activos.

Ayer la comparecencia de Lagarde dio confort. Dio cifras de inflación cediendo y un mensaje no rígido. Lagarde ayer intentaba zanjar el asunto relacionado con la estabilidad financiera recordando que hay distintas herramientas para distintos problemas.

Lo que más importaba este jueves en Fráncfort era el mensaje, tanto el escrito en el comunicado oficial como el que Christine Lagarde transmitiría en la rueda de prensa.

Aunque también mezclaba este anuncio “hawkish” de subir 50pb con un tono quizás más dovish en el que se lleva por delante el foward guidance explícito y otorga mucha más importancia al canal de crédito en la trasmisión de política monetaria. Con todo, el BCE deja claro que la nueva aproximación es la dato-dependencia a partir de ahora, con un ojo en los datos económicos y otro en la situación del sector financiero. Los programas de liquidez LTRO (siglas en inglés de operaciones de refinanciación a largo plazo) están listos para ser activados en cualquier momento y ha sugerido que también pueden recurrir a los TPI (siglas en inglés de instrumento de protección de transmisión), una herramienta que permite a Fráncfort comprar deuda de un país si el diferencial de los costes de financiación se dispara.

Eso por el lado del Banco Central Europeo. Veámos qué manifestó el Banco Central de Suiza.

El SNB (Banco Central de Suiza) y la FINMA (autoridad suiza supervisora del mercado financiero) indicaban que CS cumple los requisitos de solvencia y liquidez impuestos a los bancos de importancia sistémica y que, si fuera necesario, el SNB proporcionará liquidez a CS. CS emitió un comunicado de prensa en el que el banco afirmaba que está tomando medidas decisivas para reforzar de forma preventiva su liquidez con la intención de ejercer su opción de pedir prestado al SNB hasta CHF 50mm en virtud de una línea de préstamo cubierto y de otra de liquidez a corto plazo, que están totalmente garantizadas por activos de alta calidad utilizados como colaterales. Asimismo, Credit Suisse anunció ofertas de Credit Suisse International para recomprar ciertos títulos de deuda senior de OpCo por un importe en efectivo de hasta aproximadamente CHF 3mm. El comunicado del banco también indicaba que, «a finales de 2022, Credit Suisse tenía un ratio CET1 del 14,1% y un ratio de cobertura de liquidez medio del 144%, que desde entonces ha mejorado hasta aproximadamente el 150% (a 14 de marzo de 2023). La utilización de la línea de préstamo cubierto de CHF 39mm reforzará aún más el ratio de cobertura de liquidez con efecto inmediato.

Respecto a la Fed nos gustaría hacer un comentario positivo acerca de porque pensamos que la inflación se puede ir conteniendo. La oferta monetaria US ha caído un 1,7% en los últimos 12 meses, la mayor caída interanual registrada (nota: los datos de M2 se remontan a 1959). Esta fue una de las principales causas del repunte inflacionario en ascenso y probablemente conducirá a nuevas caídas en la tasa de inflación en los meses venideros.

Buenos días, vamos a tratar de interpretar como están afectando los últimos episodios de inestabilidad financiera a los mercados

En los mercados de renta fija estamos asistiendo a comportamientos dispares. Por un lado, los mercados de tipos y gobiernos, y por otro, los mercados de crédito.

En la parte de tipos hemos visto todas las curvas de gobierno reducir rentabilidades llegando el bono a 10 años USA a estar por debajo del 3.30% y el alemán por debajo del 2%. Posteriormente, a medida que se recuperaban los mercados, han vuelto las rentabilidades a niveles claramente por encima.

Ello se debe en gran parte a que están descontando próximas bajadas de tipos. Como pueden ver en el gráfico de debajo, se espera por parte de la Reserva Federal de EE.UU. una subida de 0.25 pb este miércoles, y luego tres bajadas posteriores:

En este punto, no estamos de acuerdo con lo que descuenta el mercado. Los bancos centrales van a hacer hincapié en diferenciar la política de tipos de la de liquidez. Con esta ultima, mediante el establecimiento de ventanillas dotarían de liquidez al sistema. Con la primera seguirían combatiendo la inflación. En ese sentido creemos que los recientes episodios de inestabilidad financiera reducirán las futuras subidas de tipos, pero no compartimos en absoluto las futuras bajadas de tipos que está descontando el mercado. Todo ello debería llevar a un cierto repunte de los tipos en los plazos largos.

Respecto a la renta fija privada, se ha producido ampliación de diferenciales. Muy especialmente en la deuda financiera, y específicamente en el caso de la deuda subordinada. Evidentemente, de mantenerse este incremento de diferenciales, perjudicaría a las entidades financieras en el futuro por un incremento de los costes de financiación.

Todo ello viene incentivado por el acuerdo de compra de Credit Suisse por parte de UBS. En él se establece que se producirá una perdida total en los $16.000 mm de CoCos AT1 emitidos por el banco. En nuestra opinión, ante esta resolución va a haber una montaña de demandas por parte de los tenedores de CoCos AT1, ya que se está saltando el orden de prelación al pagar 3.000 mm de CHF por el equity e intentar no pagar nada por los AT1. En este sentido, ya han salido miembros del BCE y del Banco de Inglaterra a señalar que en la Unión Europea y el Reino Unido el orden de prelación es claro, y que el primero en absorber las pérdidas debe ser el equity, y luego por orden AT1s, T2s……

Derivado del acuerdo hemos visto como los diferenciales de la deuda subordinada financiera ampliaban de manera importante en la apertura y aun manteniéndose diferenciales amplísimos, algo han ido mejorando. En este primer gráfico vemos como se han comportado los diferenciales de crédito de la deuda subordinada desde 2011:

Y en este otro gráfico, el comportamiento de las ultimas diez sesiones. En él se ve como se incrementan los diferenciales durante la semana pasada, y como hoy abren arriba los diferenciales y relajan un poco durante la mañana.

Pensamos que estos diferenciales deberían estrechar y por tanto puede ser ocasión de compra en buenas entidades.

Gran parte de las consecuencias de lo que estamos viendo se han ido descontando estas últimas jornadas. Es esa falta de confianza la que ha llevado a la compra de CS por parte de UBS. Sin embargo, el efecto contagio se puede cortar. Si vemos el comportamiento del sector en bolsa, la evolución del dólar, los futuros del dividendo del sector financiero, el oro, el franco suizo etc podemos ver como la reacción negativa está concentrada en la deuda. No hay efecto Lehman. La misma volatilidad, no está en niveles de otras veces ni de lejos.

Lo que no cabe duda es que el coste de financiación de las empresas y el coste del pasivo de los bancos va a aumentar. Hemos vivido una década en un espejismo que lo prolongó el Covid.

La tasa libre de riesgo ha aumentado y ahora lo hace la prima de riesgo. Ello ocasiona un “derating” de múltiplo y ahora habrá que ver hasta dónde lastran los márgenes a los beneficios. Como vemos arriba esto tiene consecuencias en la valoración del S&P.

EL mercado pone en precio tipos de interés reales negativos que favorece a la renta variable. La inversión y el consumo en países desarrollados están cediendo. La recesión es el estabilizador automático de la inflación. Esta también cederá, pero más lentamente. La subida virulenta y rápida de tipos la está neutralizando, pero lentamente.

Es cierto que indicadores retardados como el paro presenta cifras muy buenas pero los grandes despidos de multinacionales se harán notar y hay vacantes sin cubrir por efecto demográfico y de trabajos que en expansión nadie quiere pero que en recesión se cubren bien. Las tendencias a largo plazo en la macro son deflacionarias ya que es complicado desligarse de las dinámicas del efecto demográfico y de una productividad que puede ser mejor pero que la digitalización hace que el factor trabajo vea presionado su salario. Todo esto lleva generando una trampa de deuda de la que ya es complicado escapar con lo que una vez la inflación se modere los tipos tendenciales serán muy bajos siendo la renta fija la opción prioritaria.

La inflación generada en este ciclo ha venido por escasez de oferta materias primas y una demanda inusual derivada de la pandemia, ahora solo esperar a que las bases temporales actúen de forma positiva. La secuencia de la caída suele ser siempre igual con la caída inicial de la M2, luego los duraderos, luego no duraderos y por último servicios, que ahora está costando más. El mundo occidental no puede aguantar tipos como los de ahora sin provocar recesiones.

Creemos que la renta fija tras un año excepcional como el 2022 presenta un ratio sharpe mucho mejor que la renta variable. Continuamos sobre ponderando la misma:

Los Bancos Centrales de los dos grandes bloques, Estados Unidos y Europa han dado liquidez a los bancos y la FED implicó a los grandes también. Los países aislados son más vulnerables.

Se dan los vasos comunicantes ya que con el tirón de la deuda soberana el activo de los bancos mejora. Los bancos van a comenzar a retribuir los depósitos. Tienen que competir con la deuda soberana. Según la Autoridad Bancaria Europea, los bancos europeos tienen en su balance un total de 3,1 billones de euros en bonos y obligaciones públicos, casi el 60% contabilizados a precios de amortización, es decir sin descontar las pérdidas latentes ,en el caso de España las cifras son proporcionalmente similares.

El fuerte comienzo de año del equity europeo ha estado en gran parte impulsado por un buen comportamiento tanto de Financieras como de Cíclicas. Sin embargo, el panorama macro claramente se ha deteriorado. Hoy los proxys de bono tiran con fuerza. Utilities y Telecoms pueden ser un buen refugio. Sectores como consumo estable y farma lo harán bien y las compañías poco endeudadas cotizarán con prima.

El incremento de balance por parte de la Fed ha sido generalmente positivo para la renta variable. Pero ojo un quantitative rescue con colateral no es lo mismo que un QE.

Más del 40% de todos los dólares jamás creados se hicieron en 2020 – 2021.

Reserva Federal Estados Unidos Oferta Monetaria M2. Dic 2021: 21,8 tln$. Enero de 2020: 15,4 tln$. 6,4 tln$/15,4 tln$ = 41 %”.

Habrá que analizar con cuidado los entresijos de la compra de Credit Suisse por parte de UBS.

El presidente de Suiza, Alain Berset, explicó en la misma rueda de prensa que esta operación “es una solución avalada por el Estado, que garantiza las condiciones marco para su éxito”.Berset recordó que Credit Suisse es uno de los treinta bancos considerado de “riesgo sistémico” en el sistema financiero mundial y recalcó que su destino es “decisivo” para Suiza y para su economía. La ministra de Finanzas, Karin Keller-Sutter, recalcó que no se trata de un “rescate” porque esta figura solo aplica en el caso de que los bancos no puedan asumir sus obligaciones por insolvencia y este no era el caso. “Aquí había una crisis de confianza”, señaló la ministra.

Conclusión

Despedimos el escrito con gráficos semejantes a con los que comenzábamos.

Estructuralmente estas serian nuestras apuestas:

  • Renta fija mejor que renta variable
  • Value mejor que growth
  • Dividendos
  • Compañías poco endeudadas
  • Emergentes
  • Países industriales
  • Dentro de tecnología semiconductores.

El que avisa no es traidor…. la historia no se repite, pero rima!!!

Esta semana, en una reunión con un gestor de renta fija, uno de los invitados le preguntaba, que si este era el año de la renta fija, como es que estaba en negativo en el año.

Y es que un índice global agregado de gobiernos y crédito, a primeros de febrero se revalorizaba hasta alcanzar aproximadamente un 4% desde comienzo de año, y esta semana perdía un -0.6% YTD. ¿Qué ha pasado en los mercados de renta fija?

Llevamos tiempo comentando que los principales banqueros centrales están siendo muy claros en sus mensajes, afirmando que subirán los tipos donde sea oportuno para atajar la inflación, e incluso que los mantendrían altos el tiempo que fuera necesario. Sin embargo, los mercados financieros, no se lo creían y descontaban hace apenas unas semanas, que los bancos centrales se verían obligados a bajar tipos, una vez los datos de inflación se relajen, y el impacto de las tensiones en las condiciones financieras, hicieran mella en el crecimiento. Nosotros no lo veíamos, y no vemos a corto plazo esas bajadas de tipos.

El que avisa no es traidor…. Esta semana la intervención de J. Powell ante el Senado ha sido contundente. Reconoce que las presiones inflacionarias son más fuertes hoy que en la última reunión de la FED. No hay indicios de desinflación en el sector de servicios excepto en el alquiler. El mercado laboral sigue siendo extremadamente ajustado.

Por lo tanto, J. Powell advierte: el objetivo final sobre los Fed Funds debería elevarse en el próximo comité. Sobre todo, “si todos los datos” confirman que las presiones inflacionistas no han bajado, la Fed se prepara para acelerar el ritmo de la próxima subida monetaria.

Así pues, la decepción de los últimos datos de inflación, bajando menos de los esperado, tanto en la tasa general como en la subyacente, la resistencia de la economía, y el nuevo aviso de Powell, han provocado una revaluación de los tipos de interés. Los inversores se preparan ahora para un escenario de tipos más altos por más tiempo. En USA, el bono a 2 años cotiza por encima del 5%. Estamos hablando ya de “cuponazos”.

Adicionalmente asistimos a una inversión de la curva (10yr-2yr) no vista en los últimos 40 años.

Ante esta situación, nosotros sí esperamos que el bono americano a 10 años se mueva por encima del 4,20% de nuevo una vez que el mercado asuma que no se van a producir bajadas de tipos de interés, y en ese momento aprovecharíamos para alargar duraciones, pero en la parte de tipos de interés. Hay que tener en cuenta que la oportunidad en renta fija viene por la parte de tipos de interés, los spreads de crédito apenas han sufrido en este entorno.

Este escenario tendría que haber producido caídas en renta variable y demás activos de riesgo y este movimiento aún no se ha producido. Tal y como podemos ver en el gráfico adjunto, cortesía de Bank of America, todos los periodos donde hemos asistido a tensionamientos de las condiciones financieras y subidas de tipos de interés han generado problemas.

Como decía el escritor Mark Twain : `La Historia no se repite, pero rima´.

Nuestra observación es que las condiciones financieras por lo general se han endurecido rápidamente y que estos ajustes rara vez se producen sin que haya accidentes o dislocaciones. Por todo esto, en nuestra opinión, es momento de tomar las posiciones de duración más corta, construiríamos una cartera barbell para este año comprando ahora la parte más conservadora de la cartera o aquella de duración más corta, y aprovechando para tomar posiciones largas en el momento que el mercado descuente que no vamos a ver bajadas de tipos en el corto plazo.  Los tipos han subido rápidamente tras más de una década de caídas a mínimos históricos. Eso hace que la renta fija sea mucho más competitiva y atractiva en términos de rentabilidad y volatilidad esperadas y también, potencialmente, de correlación. No dejemos pasar esa oportunidad.

Hay demasiada complacencia en un aterrizaje suave de la economía.  Las condiciones financieras se han endurecido mucho durante 2022 y eso normalmente lleva un retraso con la economía real. Históricamente 12-18 meses. Esto, no solo afecta a inmobiliario y construcción, también ha ocurrido en producción industrial. Por eso esta vez estamos tardando aún más en ver ese efecto.  Es cierto que mucha gente se empeña en justificar la resistencia de la economía por la fortaleza del empleo, pero no olvidemos que el empleo es un indicador retrasado.

Warren Buffett dijo que se paga un alto precio por un consenso alegre. Las mejores rentabilidades suelen encontrarse donde nadie más está mirando. Del mismo modo, las inversiones más peligrosas son las que gozan de gran consenso. Evidentemente, esto no significa que el mercado se equivoque siempre, o que aprendamos a cambia de opinión, pero sí significa que debemos tener cuidado de no dejarnos influir por lo que digan o hagan otros inversores.

Con esta idea en mente, y sorprendidos por el buen desempeño de comienzos de año, hemos optado por la prudencia, y hemos reducido nuestros niveles de renta variable.

La rebaja de renta variable la destinamos a dos estrategias diferentes: Por un lado, damos entrada en carteras a un fondo de convertibles, y también a un fondo de bonos híbridos. De esta forma reducimos exposición direccional en renta variable, para asumir la opcionalidad y asimetría de los convertibles, y ayudarnos del carry que nos proporcionan los híbridos. Recordemos que los bonos corporativos híbridos son deuda subordinada, amortizable, de cupón flexible, a largo plazo o con vencimiento perpetuo, emitida por empresas con grado de inversión.

Ante un entorno incierto, con riesgos a la baja, invertir en un activo como los convertibles, que implican una opción con potencial de pérdida limitada es especialmente valioso.

Los convertibles ex-USA ofrecen, en términos generales, la vía más barata para acceder a esa opcionalidad. Buscamos máxima asimetría a través de opciones con prima baja y sobre valores con potencial significativo de revaloración. El mercado de convertibles se ha incrementado más de un 50% respecto a hace dos años, pasando de unos 400bn en los últimos años a 600bn,

con emisiones récord entre 2020 y 2021, unido todo ello a pocos vencimientos.

Este entorno es claramente un catalizador para que la clase de activo, también por la vía de aumentar la dispersión de precios. En momento de desaceleración macro y endurecimiento monetario, pensamos que los híbridos corporativos son una solución que puede encajar en las carteras de los inversores. El perfil de alta calidad de los emisores, el income elevado que ofrecen los bonos, la diversificación que aportan frente a la deuda financiera, las duraciones cortas y el sesgo sectorial (utilities y telecos) defensivo de esta clase de activo que le hace menos sensible al ciclo. Pensamos que las rentabilidades implícitas actuales son muy atractivas.  El actual spread que ofrecen los bonos corporativos híbridos se mantiene por encima de su media histórica a largo plazo. Si excluimos híbridos ligados al real estate, el diferencial sobre el Crédito Corporativo IG EUR es actualmente de 270pb (datos a cierre de enero 2023). Del mismo modo los híbridos corporativos (excluyendo real estate) ofrecen 80pb más de rendimiento que el Índice HY Euro BB con dos noches de rating superior (datos a cierre de enero 2023).

GRÁFICOS DE LA SEMANA

Uno de los principales debates en mercado durante lo que llevamos de año es la posibilidad de coger duración.

En respuesta a esta pregunta creemos que se acerca el momento, pero todavía no ha llegado. Y lo que será fundamental es ver en que activo se coge esa duración. Es muy importante acertar al invertir en ambos aspectos. Como ejemplo, un inversor que hubiera invertido en un índice global de renta fija con una duración de 8 años habría tirado una década a la basura tras las últimas subidas de tipos. En el gráfico de abajo se aprecia como desde el 01/01/2012 tendría el mismo dinero que ahora.

Creemos que veremos niveles del 4.25%/4.50%% en el bono a 10 años USA, cercanos al 3% en el 10 años alemán, y será el momento de coger duración. Como todos los movimientos, convendría no hacerlo en un único momento, si no en distintas entradas.

Tras un mes de enero donde corrieron todos los activos de duración, hemos visto como en febrero, tras los datos macro de empleo e inflación, han vuelto las pérdidas a este activo. Como ejemplo, un índice euro agregado (mitad renta fija privada, mitad gobierno), con una duración de 7 años que en enero habría llegado a ganar un 3%, en la actualidad pierde un -1.50%:

Pero ante la segunda interrogante: ¿en qué?, hay que tener en cuenta que el movimiento ha sido principalmente de tipos. Los diferenciales de crédito y periféricos siguen muy estables y no precisamente baratos. Por todo ello, si cogiéramos ahora duración en crédito estaríamos añadiendo un doble riesgo a la cartera.

Respecto a la periferia, deberíamos tener en cuenta que este mes de marzo iniciamos un proceso de reducción de balance del BCE. Y aunque el programa de compras que de momento permanece estable es él aprobado para la pandemia, PEPP, donde se deja discrecionalidad para poder comprar la deuda pública del país que se considere necesario, el balance del otro programa APP va a empezar a reducirse.

Además, a los inversores japoneses, que dieron mucho soporte a la deuda francesa, italiana y algo a la española, con un banco central ahora menos expansivo (ha subido el nivel de control de la curva al 0.50% en el 10 años japonés, y tiene un nuevo gobernador, Kazuo Ueda, más restrictivo) ya les empieza a salir más rentable invertir en su propia deuda (teniendo en cuenta el coste de cobertura de divisa).

Por todo ello no sería de extrañar que esos niveles de diferenciales entre el 10 años español y el alemán por debajo de 100 pbs que vemos ahora alcanzarán los 150 pbs, Por lo que podríamos ver tipos del 4.50% en el 10 años español desde el 3.65% actual. En el gráfico se puede observar la rentabilidad del 10 años alemán y el español en la parte de arriba, y el diferencial entre ambos en la de abajo:

Como comentábamos, tampoco están baratos los diferenciales de crédito como se puede apreciar en los gráficos del Itraxx Europe (125 principales empresas europeas):

Por todo ello, ante este debate debería primar la paciencia para ir cogiendo duración en los distintos activos según vayan dando ocasión. Seguramente, primero dará oportunidad de cogerla en deuda de países “core” y después en crédito y países periféricos. Mientras tanto, pensamos que se puede aprovechar el momento y construir carteras a corto plazo con muy buenas tires, ya que no creemos que el BCE pueda llevarse el Tipo de Depósito hasta los niveles del 3.90% que descuenta el mercado. En ese sentido, se pueden construir carteras conservadoras con una duración de año y medio y una tir cercana al 4%, y carteras de más beta, con la misma duración, y tires cercanas al 7%.

Durante las últimas semanas, uno los temas que más se ha comentado en el mercado ha sido la reducción que se ha producido en el equity risk premium tras la subida de las bolsas y la subida de rentabilidad de los bonos soberanos.

Hemos pensado en preguntarle al Chat GPT que opinaba sobre el tema. Y le hemos realizado la siguiente pregunta:

Escríbeme un artículo de entre 800 y 1000 palabras sobre cómo en un entorno macroeconómico incierto, con subidas de tipos de interés de los bancos centrales previstas y una inflación alta, pueden caer los bonos y las acciones subir reduciendo el equity risk premium.

Y esto es lo que nos ha contestado:

En los últimos meses, los mercados financieros han estado experimentando una gran incertidumbre debido a la perspectiva de una subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales y una inflación alta. Este entorno macroeconómico incierto puede tener un impacto significativo en los precios de los activos financieros, especialmente en los bonos y las acciones. En este artículo, analizaremos cómo la subida de los tipos de interés y la inflación pueden afectar a los bonos y a las acciones y cómo esto puede afectar al equity risk premium.

En un entorno de subida de tipos de interés, los bonos son los más afectados. Esto se debe a que los bonos tienen un valor nominal fijo y los pagos de intereses que generan no cambian durante su vida útil. Cuando los tipos de interés suben, los inversores demandan una mayor rentabilidad de los bonos, ya que hay otras opciones de inversión que ofrecen una tasa de interés más alta. Esto hace que los precios de los bonos disminuyan, ya que los inversores están dispuestos a pagar menos por los mismos flujos de efectivo futuros. Esto se conoce como el efecto de las tasas de interés sobre los bonos.

Por otro lado, las acciones pueden verse afectadas de manera diferente. En un entorno de inflación alta, las empresas pueden aumentar los precios de sus productos y servicios para compensar los mayores costos de producción. Esto puede llevar a un aumento de las ganancias corporativas y, por lo tanto, a una mayor valoración de las acciones. Además, la subida de los tipos de interés puede ser una señal de que la economía está mejorando, lo que puede ser positivo para las empresas y, por tanto, para el mercado de acciones.

En resumen, los bonos y las acciones pueden responder de manera opuesta a un entorno de subida de tipos de interés e inflación alta. Mientras que los bonos pueden caer en precio, las acciones pueden subir, lo que puede reducir el equity risk premium.

El equity risk premium es la prima que se espera obtener por invertir en acciones en lugar de en bonos o en otros activos seguros. Esta prima se calcula restando la tasa libre de riesgo (generalmente el rendimiento de los bonos del gobierno) de la rentabilidad esperada de las acciones. En un entorno de subida de tipos de interés e inflación alta, la tasa libre de riesgo puede aumentar, lo que puede reducir el equity risk premium.

Sin embargo, aunque los bonos pueden caer en precio y las acciones pueden subir, esto no siempre reduce el equity risk premium. La razón es que el riesgo inherente a las acciones puede aumentar en un entorno de incertidumbre económica, lo que puede hacer que los inversores demanden una mayor prima de riesgo. Además, el aumento de los precios de las acciones puede no reflejar necesariamente una mejora en la salud económica de las empresas, lo que podría llevar a una corrección posterior del mercado.

En conclusión, un entorno de subida de tipos de interés e inflación alta puede tener un impacto significativo en los mercados financieros. Los bonos pueden caer en precio mientras que las acciones pueden subir, lo que puede reducir el equity risk premium. Sin embargo, es importante recordar que la relación entre los bonos, las acciones y el equity risk premium puede ser compleja y estar influenciada por muchos factores macro y microeconómicos. Por lo tanto, no siempre es fácil predecir cómo reaccionarán los mercados en estos entornos.

Como inversores, es importante mantener una visión a largo plazo y no dejarse llevar por las fluctuaciones a corto plazo en los mercados. En lugar de intentar predecir los movimientos del mercado, es mejor centrarse en construir una cartera diversificada y bien equilibrada que tenga en cuenta las condiciones macroeconómicas actuales. Diversificar en diferentes clases de activos, como acciones, bonos, oro o bienes raíces, puede ayudar a mitigar el riesgo y proteger la cartera en caso de una corrección en uno de los activos.