¿Y ahora qué? Esa es la pregunta que todos nos estamos haciendo después del primer recorte de tipos por parte de la FED en 4 años.

De cara a profundizar en esa pregunta, hagamos primero un resumen de lo que sucedió:

  1. La Fed recorta los tipos de interés en 50 puntos básicos por primera vez desde 2020
  2. La Fed prevé 2 recortes de tipos más de 25 puntos básicos en 2024
  3. El gobernador de la Fed, Miki Bowman, discrepó a favor de un recorte menor de 25 puntos básicos. Es la primera disidencia de un gobernador desde 2005.
  4. La Fed ganó «mayor confianza» en que la inflación se está moviendo al 2%.
  5. La Fed «evaluará cuidadosamente los próximos datos» y la evolución de las perspectivas.
  6. La Fed prevé recortes de tipos de 100 puntos básicos en 2025 y 50 puntos básicos en 2026.

Adicionalmente a la rebaja de tipos, actualizaron el cuadro macroeconómico. Revisaron a la baja las previsiones de crecimiento económico para 2024, aunque mantuvieron las de los próximos años. También rebajan las previsiones de inflación, tanto en tasa general como Subyacente para 2024 y 2025. La Tasa de Paro, sin embargo, se revisa al alza para todos los años. Powell reiteró en varias ocasiones que la economía crece a un sólido ritmo y su intención es mantenerlo. No piensa que una desaceleración brusca sea inminente y no ve una recesión en el horizonte. Insisten en la necesidad de actuar antes de que se produzcan señales de un deterioro mayor en la actividad económica o en el empleo.  Adjuntamos las nuevas estimaciones de la FED.

Fuente: Reserva Federal.

En esta misma reunión, pudimos valorar la nube de puntos, donde cada punto es la opinión de los miembros de la Reserva Federal sobre donde deben estar los tipos.  En esta tabla comparamos como estaban las expectativas y como están ahora. La mediana de miembros de la Reserva Federal vería 2 bajadas de tipos este año 2024 y 4 bajadas de tasas para 2025, llegando a 2.9% en 2026, justo en la tasa neutral. El dot plot y las proyecciones no son un plan para seguir si no una mediana de las estimaciones con la información actual de los miembros del comité FOMC, y dada la altísima incertidumbre actual, serán revisadas en el futuro como se ha venido realizando a lo largo de este año y el pasado.

Nuestra primera conclusión, es que la Reserva Federal ha dado una señal clara de que cree que la tendencia de una inflación a la baja sigue vigente, y por tanto cada vez le preocupa menos. Ahora su principal riesgo y prioridad ha girado al empleo, ya que el mercado laboral se ha debilitado. Segundo, respecto al fuerte comienzo del proceso de normalización monetaria, Powell comentó que esta primera bajada de 50 p.b. no implica que sea el nuevo ritmo de bajadas. Sinceramente, parece más como si la Fed estuviera tratando de reparar su error: no recortó en julio y, por lo tanto, ahora busca compensarlo, y dejar de ir por detrás de la curva. En el siguiente grafico podemos observar lo que es ir por detrás de la curva.

Respecto a la tasa terminal, la dispersión en las proyecciones es históricamente significativa, varía entre 2,25% y 3,75%. Veremos donde acaban, pero lo que también parece ya evidente, es que el tipo neutral será superior a donde se encontraba antes de la pandemia. Tomando el promedio de largo plazo cercano al 2% anterior a la crisis financiera mundial, pensamos que al final de este ciclo de flexibilización, los fondos federales deberían establecerse más cerca de la parte alta de este rango. Por el contrario, los mercados esperan que la tasa de los fondos federales caiga al 2,75% ya a finales del próximo año. Mucha amplitud. Muchas dudas, y mucha presión para la FED.

La evaluación de la economía que expuso el presidente de la Fed, Jerome Powell va a resultar clave para lo que se avecina en cuanto a tasas de política y movimientos del mercado. ¡¡¡¡Cascabel al gato!!!!. Hablemos del mercado laboral, pues ya comento Powell su importancia. Sí, la tasa de desempleo ha aumentado hasta el 4,2% desde un mínimo del 3,4% en abril del año pasado. Pero ese 3,4% fue la tasa más baja que habíamos visto en unos 60 años. Entre 1990 y 2007 (la víspera de la crisis financiera mundial), la tasa de desempleo promedió el 5,4%, y la tasa de desempleo natural hoy probablemente se sitúa en algún lugar del rango del 4,5% al 5,0%. Así que el mercado laboral está volviendo gradualmente a equilibrarse después de unas condiciones excesivamente restrictivas.

Para aportar algo de luz sobre le evolución de la economía americana, hay que prestar especial atención a la evolución de consumidor. Los tres pilares del consumidor son: ingresos laborales, acceso al crédito y en el caso especial de USA, el efecto riqueza. Observando los tres, coincidimos con Powell en que la economía pese a la desaceleración se mantiene sólida. Otros indicadores económicos recientes también parecen muy saludables: las ventas minoristas se mantuvieron resistentes y la producción industrial repuntó con fuerza en agosto, lo que llevó a la Reserva Federal de Atlanta a elevar su estimación de crecimiento para el tercer trimestre al 3% anualizado.

Aunque Powell no lo mencionó, posiblemente deberíamos añadir los efectos sobre el consumo que ha tenido una política fiscal persistentemente laxa, y que dará un apoyo continuo a la economía en los próximos años. Ambos candidatos presidenciales han presentado propuestas que llevarían a un aumento significativo del déficit fiscal en el futuro.

Así pues, siguiendo la frase “la historia no se repite, pero a menudo rima” del escritor Mark Twain, veamos cómo se han comportado los activos en otros periodos donde se han producido rebajas en los tipos de interés.

Como podemos observar, y hemos apuntado, el comportamiento de los activos de riesgo, desde renta variable a bonos de alto rendimiento, difiere mucho si las rebajas de tipos se producen durante un aterrizaje suave como sinónimo de ralentización o uno fuerte como recesión. Hoy en día, un aterrizaje suave es nuestro escenario central. En este gráfico se puede observar el comportamiento del SP en dicho entorno. ElS&P500 normalmente sube a 12 meses entre un 10% y un 17% después del primer recorte de tasas si no hay recesión, pero cae entre un 15% y un 20% si hay una recesión.

También debemos destacar que, en un entorno de recorte de tipos el claro ganador, independientemente del tipo de desaceleración de la economía es la renta fija.

Aprovechemos las oportunidades.

Este verano España ha ardido la mitad que en 2023 y que la media de la última década, se han registrado un 46% menos de terreno calcinado. Las lluvias registradas esta última primavera y durante el verano, seguido de menores olas de calor ha reducido la virulencia de los incendios forestales que cada año sufrimos en la península.

Sin embargo, poder prever que esto iba a ser así es muy difícil de vaticinar, teniendo en cuenta el abandono rural, el descuido del cuidado de la vegetación y el cambio climático. El descenso de estos incendios se ha debido en gran medida al efecto fortuito de cuando se han producido las lluvias y las subidas de las temperaturas. No debemos olvidar que la chispa de la mayoría de los incendios tiene origen en actividad humana, ya sea por accidente, negligencia o intencionalidad.

En muchas ocasiones ocurre lo mismo en los mercados financieros, los pocos “incendios” que ha habido durante el verano han sido provocados por un cúmulo de circunstancias difíciles de vaticinar e incluso diría que fortuitas. Es curioso como de difícil es prever cual va a ser la chispa que desate un fuerte evento de volatilidad en un mercado financiero en un momento tan ilíquido como el agosto en mercados, especialmente en el de renta fija. Al igual que la crisis de 2008 se desató por las hipotecas subprime o el pasado año tuvimos volatilidad por los bancos regionales americanos, el motivo que hacer saltar la chispa es algo que siempre nos preguntan nuestros clientes y es casi imposible de vaticinar, pero nuestro deber como gestores es tener los ojos abiertos, estudiar y leer para saber qué factores pueden ayudar a avivar las llamas, el momento idóneo para estar cubierto ante estos posibles eventos, y las posibles consecuencias, preservando capital por encima de todo.

En este caso, el incendio del 5 de agosto surgió por el cúmulo de tres circunstancias: los datos macroeconómicos con el dato de empleo del pasado julio en Estados Unidos, el carry trade del yen y los sistemas automáticos de trading que terminaron de hacer saltar la chispa para un perfecto lunes negro.

A este primer factor se le unió la chispa menos esperada por los inversores, el fin del “carry trade” del yen. Una tradicional baja volatilidad en los tipos de interés en Japón hacía muy atractiva su economía para endeudarse en yenes a tipos bajos e invertir este dinero en bono americano, en emergentes o incluso en renta variable a un tipo más atractivo. A este tipo de operaciones muy habituales en el mercado se denomina “carry trade”.

Este carry trade, típico en los fondos de inversión, busca arbitrar la diferencia entre los tipos de interés de dos economías, toman prestado en la divisa con menor tipo de interés (YEN) para invertir en activos de divisa con mayores tipos de interés (USD o incluso divisas emergentes).

En el caso de Japón tomaban prestado a bajos o casi nulos tipos de interés en el país nipón, compraban dólares con este importe y lo invertían en bonos a corto plazo con tires superiores al 4% o incluso en renta variable americana. Una vez vencía el bono se vendían de nuevo los dólares y se repagaba el préstamo en yenes.

A esta ganancia en el diferencial de tipos de interés derivada de la diferente política monetaria en ambos países, se unía un diferencial en divisa a favor del inversor en carry trade. La fuerte depreciación de la divisa el último año había mejorado exponencialmente la rentabilidad de la operación (su préstamo se devaluaba mientras su inversión se apreciaba). Sin embargo, este movimiento de depreciación se dio la vuelta de manera virulenta en julio sorpresivamente. Las subidas esperadas del Banco de Japón fueron superiores a las esperadas, subiendo tipos el último día de julio lo que provocó que el mercado entrase en pánico. El anuncio de subidas de tipos de interés unido al fuerte movimiento de apreciación del yen contra el dólar provocó que se cerrasen estas operaciones de carry trade por gran parte de los inversores.

En este gráfico podemos ver el fuerte movimiento de apreciación del yen remarcado en rojo, que desató que por la pata de la divisa dejase de ser interesante una parte del carry trade, lo que acució el cierre de posiciones tras el anuncio de subidas de tipos de interés:

Este movimiento tan virulento de cierre de posiciones activó los sistemas de trading de los bancos saltando los stop loss y retroalimentando el movimiento. Estos sistemas de trading se activan cuando en valor de los activos normalmente ligados un préstamo comienzan a perder valor, de manera que se cierran las posiciones para reducir riesgos, retroalimentando el movimiento de caída. Para el NIKKEI el movimiento del lunes 5 de agosto fue de caídas del 12% y el Banco de Japón tuvo que salir al quite anunciando que no habría más subidas hasta que la situación se estabilizase. Este mismo lunes un bróker global aseguraba que el 50% de las posiciones de carry trade se habían cerrado. Este movimiento afectó principalmente a la renta variable y se corrigió rápidamente, con incluso el NIKKEI recuperando todo lo perdido en el día.

El debilitamiento del yen durante el último año era bueno para las compañías exportadoras japonesas pero malo para todas aquellas compañías locales que vivían de las importaciones. Japón es un país eminentemente exportador y uno de sus principales clientes es Estados Unidos, con lo que la fuerte apreciación de su divisa ha encarecido y reducido la competitividad de sus productos para sus principales clientes. Además, no debemos olvidar los datos macro en Estados Unidos que llevaban a ciertos macroeconomistas de grandes bancos americanos a anunciar un aumento de la probabilidad de una recesión en EEUU. Este es el motivo por el cual el mercado bursátil japonés ha sufrido más que el resto durante el verano y es una tendencia difícil de revertir.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que este episodio de volatilidad ante el carry trade se puede repetir, los futuros cortos en YEN se sitúan en máximos históricos  como podemos ver en el gráfico de abajo a la izquierda y si el movimiento de apreciación del yen continua y hay cierres de carry trade de nuevo (estas posiciones continúan abiertas especialmente por institucionales japoneses), puede producirse de nuevo un efecto “bola de nieve” con los sistemas automáticos de trading cerrando posiciones para evitar pérdidas y produciendo de nuevo volatilidad en los mercados:

A esto se une una inflación subyacente en Tokio del 2,6% a/a (versus 2,4% estimado y el 2,2% anterior) este agosto, registro que se sitúa por encima del objetivo del Banco de Japón y le da motivos para continuar endureciendo su política monetaria subiendo tipos y apreciándose por tanto el yen. Además, hoy se publicaba un fuerte dato de salarios reales que no hace sino continuar esta tendencia. Pese a que el gobernador del Bank of Japan Ueda trató de tranquilizar a los mercados asegurando que no solo tendría en cuenta el dato de inflación si no también la estabilidad del mercado financiero y la recuperación económica del país a la hora de volver a subir los tipos de interés, no debemos olvidar que el Banco de Japón tiene en mente (y así lo reiteró su gobernador a inicios de semana) continuar su política de normalización de política monetaria en cuanto a tipos de interés y a compra de activos (más de un 50% de los bonos de gobierno japoneses están en manos del Banco de Japón) y tratar de pasar página de estos 15 años de tipos cero. Todos los datos macro y sus implicaciones no han ayudado al NIKKEI y esta semana continua con bajadas del 6%.

Dicen los expertos que un año de lluvias, aunque en ese momento reduzca la probabilidad de incendio produce más paja que a medio plazo aumenta las probabilidades de devastación forestal. Desde Welcome AM, continuamos atentos a los eventos de mercado, tenemos claro que el panorama macroeconómico ha virado especialmente en Estados Unidos, pero creemos que todavía hay señales de que a este giro le queda tiempo, con datos como las vacantes de empleo todavía por encima de los 7,6 millones y lejos de su media histórica (lo podemos ver en el gráfico de abajo), por lo que de momento no estamos aumentando duración de tipos. En cuanto a Japón, mantenemos una posición larga en yen contra dólar que este verano ha beneficiado a nuestros fondos y que debería continuar beneficiándonos si el Banco de Japón continua su senda de normalización monetaria.