¿A quién no le gusta la pasta?
No nos sorprende que nos cuenten que los italianos son los mayores consumidores de pasta per cápita a nivel mundial, consumiendo una media de 23Kg al año. En lo que llevamos de año la pasta ha subido un 15% mensual de media. Los pobres italianos han experimentado un crecimiento de los precios de su cesta de la compra exponencial. Italia ha sido el país de la Unión Europea más resistente a las subidas de tipos de interés, siendo sus datos de inflación elevado hasta mayor, entorno a un 8%. Sin embargo, el último dato, publicado el miércoles pasado, la inflación se ha contraído hasta 6,7%.
Como muchos sabéis, el pasado 25 de octubre se celebraron las elecciones italianas, ganando la presidencia Meloni, perteneciente al partido de centroderecha Hermanos de Italia. Este partido se caracteriza por ser euroescépticos. Sin embargo, desde las elecciones no hemos escuchado a la presidenta hacer referencia a este tema. Nos preguntamos ¿a qué se debe? Creemos que la respuesta está en que la situación de Italia es delicada. Con delicado no queremos decir que esté cerca de la hecatombe, pero si con necesidad de cambios.
Italia no fue el primer país en romper el pacto de estabilidad de presupuestos, siendo Alemania y Francia los primeros en romperlo. Sin embargo, tras la crisis del Covid-19 la deuda pública de Italia sobre el PIB ha ascendido hasta cerca del 150%, situándole el tercero en el ranking de países miembros de la OCDE detrás de Japón y Grecia. El desempleo, aunque este en mínimos, sigue siendo de los más altos de Europa. La participación de las mujeres es la menor de toda la Unión Europea y el porcentaje de jóvenes que no trabaja, estudia o hace algún tipo de formación también es el más alto. Además, la población es la que más rápido está envejeciendo, siendo la segunda en tasa de natalidad más baja de Europa.
En el ámbito de los negocios, tampoco es que sea para echar cohetes. Italia está compuesto principalmente por empresas de tamaño pequeño y pocas empresas grandes. Según el Banco Mundial Italia es el peor de los países de Europa Occidental en cuanto a facilidad de hacer negocios.
El crecimiento PIB per cápita en este país ha sido cercano al 0% desde principios de los 2000, España le superó en esta ratio recientemente. Cuando Europa ha tenido años de bonanza Italia ha ido por detrás y cuando han venido crisis Italia ha caído más que la media. El señor Draghi comenzó una tarea muy necesitada en Italia de acelerar el crecimiento de su país, ahora Meloni necesita hacer la misma tarea. Necesita hacer las reformas legislativas pertinentes para favorecer la creación de negocios. La productividad de Italia está en decadencia y hay que promover la competitividad. Tras la pandemia, Italia fue el mayor beneficiado del fondo de recuperación de la Unión Europea, teniendo 200bn€ para gastar hasta 2026. Sin embargo, las ineficiencias de sus sistemas están provocando que no se estén llegando a los plazos establecidos de gastos, yendo significativamente por detrás (como podemos ver en el anterior gráfico). Una parte del plan actual del gobierno es gastar 25bn€ en vías de tren, 15bn€ en centros de salud y 4,3 bn€ en otros proyectos urbanísticos. Sin embargo, la mayoría de dinero se redirigirá a los municipios donde podrán tener la discrecionalidad de escoger donde lo invierten. A modo de ejemplo, un alcalde ha decidió crear un centro de acogida de perros y gatos callejeros energéticamente eficiente. Se les ha dado la oportunidad de crecer y es dudosa su capacidad de usarla, tanto por la incapacidad de gastarla, como por la dudosa efectividad y posibilidad de crear crecimiento futuro a través de sus gastos. La Unión Europea estableció unos plazos de gasto, hoy mismo vencía uno de ellos y el gobierno italiano ha tenido que renegociar para retrasar el plazo de gasto y así abrir la siguiente trancha de pagos.
El BCE está llevando a cabo una política de Quantitative Tightening reduciendo sus programas de recompras (APP y PEPP) y la financiación a bancos a través de TLTROs. Esta semana ha vencido una parte muy importante de los TLTROs (508.000 millones de €) y los bancos europeos no han experimentado una dificultad muy elevada en repagarlos. Como podemos ver en los siguientes gráficos, dentro de los países de la Unión Europea, Italia tiene los bancos con mayores dificultades para devolver el dinero. Los tres principales bancos italianos no han corrido ninguna dificultad en hacer los pagos, el problema viene por los bancos pequeños en los que estamos más cautos a la hora de invertir. Los bancos pueden buscar alternativa a la financiación de los TLTROs a través de los MROs (1 mes) y de los LTROs (3 meses), siendo conscientes que a los tipos actuales estas dos opciones son bastante más caras.
Creemos que es posible que veamos una ampliación de spreads en Italia, no vemos un escenario similar a la crisis de deuda de la periferia, pero sí que nos darán posibilidades de compra. Italia siempre será un país atractivo y querido por el turismo tanto por su gastronomía, como por su arte y arquitectura y siendo el turismo un 13,6% del PIB le da cierta estabilidad a su PIB. Además, siendo un miembro de la Unión Europea se le exigirán cambios a futuro y mejoras en sus eficiencias y crecimiento. A modo de ejemplo, Grecia, la gran penalizada de la Crisis Financiera, después de un millar de reformas y reducción de deuda, las agencias de rating están planteándose devolverle el Grado de Inversión este verano.
Meloni es consciente de todos los problemas a los que se enfrenta Italia y de la dependencia que tiene de la Unión Europea. Por esta razón, aun siendo Euroesceptica desde que ha llegado al poder no ha hecho comentarios al respecto y ha nombrado a Giancarlo Giordetti, con experiencia en las batallas de déficit fiscal, responsable de finanzas y a Antonio Tajani, antiguo comisario del Parlamento Europeo, ministro de exterior. Meloni necesita que el efectivo del programa de recuperación de la pandemia siga fluyendo por lo que necesita a Europa de su lado.